El orígen de la energía Reiki

Todo el mundo sabe que el descubridor moderno de la energía Reiki fue Mikao Usui. Lo que sin embargo poca gente conoce es que el orígen del mismo se remonta a miles de años atrás.

Los investigadores de los registros akhásicos argumentan que la sanación por imposición de manos data de hace más de 140.000 años. Según ellos, esta técnica fue traída por primera vez en los tiempos del continente de la Lemuria por seres de la constelación de las Pléyades.

Aquel era el tiempo de la edad de oro, el Satya Yuga del hinduísmo, y era un tiempo donde los hombres vivían con plena consciencia de su unión con el ser. Sin embargo, con el paso del tiempo y ya habiendo dejado atrás esa edad de oro, algunos seres humanos se olvidaron de su verdadera esencia.

El olvido de la conciencia de lo que también eran significó que empezaron a vivir alejados de sí mismos. Y así se dejaron conducir por sentimientos bajos como la avaricia, la lujuria y la envidia. Al quedarse atrapados en la ilusión y la ignorancia empezaron a generar karma.

Mikao Usui, redescubridor de la energía Reiki.

Ante este prospecto, Prakriti, la atribución activa de Dios, decidió enviar a la tierra a un maestro iluminado para que lo introdujera por primera vez en la Tierra. Y así trajo un sistema de sanación consistente en iniciaciones y meditaciones.

La aparición en la tierra de este sistema sirvió para que el ser humano se pudiera fundir de nuevo con su fuente. Y además, como la energía reiki funciona tanto si se cree en ella como si no y siempre es para bien, entonces fue la mejor manera de ayudar al ser humano. Desafortunadamente, la técnica desapareció con la Lemuria tras el número de catástrofes que la hundieron.

La misma divinidad a través de otro maestro iluminado volvió a llevar esta técnica a los hombres, esta vez a la Atlántida. Allí fue utilizado hasta la gran guerra que acabó por producir el hundimiento del continente. Y con la Atlántida también el reiki volvió a desaparecer.

Volvió a aparecer una tercera vez, ahora en Egipto, donde Hermes Trismegisto lo enseñó. Hermes fue el padre de toda la sabiduría egipcia y sus enseñanzas forman la base fundamental de todas las enseñanzas esotéricas actuales. Son famosos sus 7 principios que rigen el mundo y que constituyen toda una cosmogonía. El mismísimo Isaac Newton tradujo La Tabla de Esmeralda del latín al inglés, cuya autoría está atribuida a Hermes. De Egipto la técnica de sanación por imposición de manos fue llevado a la India y al Tibet. Allí un pequeño número de personas lo conservó durante un tiempo. Sin embargo, acabó por volver a desaparecer.

Y así, desde aquellos tiempos, permaneció en el olvido hasta que Mikao Usui lo volvió a descubrir de la manera en que hoy todos la conocemos. ¿Habías oído alguna vez de este orígen proporcionado por los investigadores de los registros akhásicos?

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