Este es el primer post de presentación del blog a través del cual iré respondiendo a cuestiones que vayan surgiendo a partir de las interacciones con los pacientes.
Muchos pacientes que han venido a recibir terapia en Madrid Reiki siempre me han abordado con una cuestión: ¿cómo funciona la energía Reiki?
Es ésta una cuestión difícil de responder puesto que ni siquiera la ciencia ha logrado todavía una respuesta a dicha pregunta (ni creemos que tampoco se haya interesado en investigarlo). Sin embargo las investigaciones y experimentos que realizó el investigador japones Masaru Emoto bien podrían arrojar algo de luz sobre como actúa la energía Reiki dentro del cuerpo.
El doctor Emoto realizó una serie de experimentos con el agua que consistieron en exponer un pequeño volumen de agua (un vaso) a diferentes clases de música (clásica, heavy metal, etc…). También expuso agua a diferentes tipos de pensamientos y palabras producido por un grupo de personas. Despues introdujo el agua en un congelador, y una vez congelada miró a través del microscopio la geometría de cristalización.
Masaru descubrió que aquel agua sometido a las vibraciones de la música clásica cristalizaba en formas geométricas simétricamente perfectas y de gran belleza. Al igual que el agua al que se le habían dirigido pensamientos y palabras positivos. La forma de mayor belleza y perfección fue aquella que se produjo con las palabras amor y gracias.
Todo esto nos ha hecho ser conscientes de principalmente dos cosas: la capacidad del agua de recibir, acumular y transmitir información; por muy sutil que sea la energía que recibe el agua, es decir en forma de pensamientos y palabras, esa energía tiene la capacidad de cambiar la estructura de cristalización del agua. Es decir, cambia su estructura molecular: la forma en la que se asocian los átomos para construir complejos funcionales más grandes. Y como los seres humanos somos un 70% agua también somos susceptibles de recibir nueva información que cambie esa estructura molecular de los fluidos del cuerpo.
Pero ¿qué tiene que ver esto con la energía Reiki? Pues bien, la energía Reiki es la energía que viene de la más alta dimensión. Usando una analogía podríamos decir que es la misma energía que Nikola Tesla descubrió en la central hidroeléctrica del Niágara donde trabajó. Tesla la denominó energía radiante. La energía Reiki es esa energía radiante pero a escala de parámetros biológicos. Es decir, podríamos llamar a la energía Reiki bioenergía radiante. Y al igual que su hermana mayor (la energía radiante) también se transmite en forma de pulsación/vibración.
Cuando el terapeuta de Reiki canaliza la energía para ayudar al paciente, ésta, que no es sino pulsación, entra por el cuerpo del paciente. El paciente nota la entrada de la misma como un calor a veces y/o una pulsación/vibración otras. Esta energía, al venir del éter, de la más alta dimensión, lleva la información primigenia de la vida. Es decir, lleva información que no ha sido alterada ni por circunstancias externas (tipo de alimentación, estilo de vida, etc…) ni internas (pensamientos, enfermedades, etc…). Y por tanto al entrar en el cuerpo del paciente es capaz de reescribir toda su información a través de su agua. Recordemos que el paciente es un 70% agua.
Todo esto explica esa sensación de bienestar que suele sentir el paciente tras recibir una sesión de terapia Reiki. Toda la información que llevan los componentes del cuerpo desde las células hasta las glándulas y órganos vuelve a renovarse al entrar en contacto con esa información primigenia de la vida. Es como si fuera un reseteo. Y de ahí esa sensación de salir sintiéndose como una persona nuevo tras la terapia de Reiki.